cuidados, paciencia, dedicación
Podríamos decirte que nuestros productos son 100 % italianos, pero no bastaría con eso: nuestro tomate se cultiva en un radio de 50 km alrededor de las plantas de producción, en esta tierra donde cobran vida las magias gastronómicas que todo el mundo nos envidia.
Es la misma tierra donde hemos nacido y crecido, transmitiéndonos esta pasión durante 120 años. Hay un vínculo sincero entre nosotros y las manos expertas de nuestros agricultores, que todos los años seleccionan los mejores frutos para la creación de los productos Rodolfi.
La preparación del suelo empieza en otoño. La tierra se ara, fertiliza y escarda para que pueda acoger las nuevas plántulas de tomate.
Protegemos nuestros cultivos durante tres meses para que la planta crezca fuerte y lozana. Lo hacemos de un modo genuino, uniendo los conocimientos de nuestros agricultores a los métodos de cultivo más eficaces y modernos.
Solo cuando el tomate adquiere ese inconfundible rojo vivo es un fruto maduro, sabroso, listo para ser recolectado y llevado sin demora a la fábrica.
Los tomates llegan a nuestros establecimientos en las 24 horas posteriores a la recolección. Allí se lavan, controlan y seleccionan con delicadeza. Solo los mejores tomates se convertirán en productos Rodolfi.
Gracias a una moderna instalación fotovoltaica y a unos sistemas avanzados de depuración somos capaces de producir el 13 % de energía total y obtener el 70 % del agua empleada de fuentes recicladas.
Para nosotros es fundamental que cada paso de nuestra cadena de producción implique una gestión correcta y responsable de los recursos. Por eso también el envasado de nuestros productos cumple rigurosas normas higiénicas, ambientales y sociales.